viernes, marzo 31, 2006

Aún Sin Nombre...

Eran las 6 de la tarde, estaba frío, la niebla caminaba lentamente por las calles. Los murmullos de los vagos y los susurros de los escondidos, le daban vida a esa tarde muerta. En el callejón de la Virgen de Santiago solo se oían salpicantes los pasos de Fausto García, lentas andanzas de un anciano que tiene tiempo; Poco y mucho tiempo para admirar, mucho y poco tiempo para vivir pensando, calculando, recitando en su mente versos interminables, versos infinitos que siguen y siguen y no tienen frase final. Veinte minutos después don Fausto con considerable esfuerzo detiene por un momento esos versos que no lo sueltan ni en sus sueños, esos versos que gritan por salir, que le lastiman los huesos por no recitarlos. Estos se detienen, no sin que alguna musa perdida lo persiga por su cerebro e intente inspirarlo. Fausto intenta pensar, Oh mi bella princesa… que brillas bajo el sol y…Donde estoy?... Quien??? que brillas bajo el sol y las estrellas, mi mente suspira al recordarte… Casa… casa… de viejas puertas ¡¡¡Noooo!!!
María ábreme la puerta TON TON!! TON TON!!
- ¡Aquí no vive ninguna María, váyase inmediatamente… viejo loco!!
- ¡Maria!!! TON TON TON!
- ¡Aléjese o llamo a la policía, le digo que aquí no vive ninguna María!
Don Fausto se aleja lentamente, gime y hasta lanza gritos ahogados con la poca energía que le queda. Esta es la segunda noche que camina sin cesar, en busca de su hija… y su casa.
Unas horas después Don fausto cae agotado, sus ojos aún abiertos solo ven el reflejo de las luces en el charco donde tiene medio sumergida su cabeza… el agua se torna roja… las luces se vuelven tenues… el silencio lo cubre.

El ambiente era tenso, ésta era su única oportunidad de hablarle. En 6 años, nunca había estado así frente a frente…
Arianna, la hermosa Arianna parada frente a mi, su pelo libre al viento y sus ojos penetrantes, de mirada inmensa, pensaba Pablo dentro de sí. Dejá de ver sus labios, suaves, húmedos de color tierno se decía a si mismo.
- Que te pasa?? No me vas a decir nada??? Preguntaba Arianna.
- ¡¡Deja de verme así!! Que quieres? - exclamaba de nuevo.
- ……
- Vamos di algo, pensaba.
Dos minutos después, Pablo seguía parado ahí. Completamente perplejo, con el recuerdo de la hermosa espalda de Arianna mientras se alejaba asustada por el largo callejón del colegio. No pudo mas que dejar caer una lagrima, una pinche lagrima. ¡6 malditos años para esto, pensaba!
Pablo Reyes, el hijo de doña Rosalía Márquez, jueza de la Corte de Primera Instancia Penal, tenía apenas 15 años, pero en su mente el triste acontecimiento de esa tarde era el fin de su vida útil, la muerte de su alma enamorada. Esa tarde camino cabizbajo por las calles sintiéndose inútil, estúpido, avergonzado por su débil carácter. Caminó y caminó no queriendo llegar nunca a su casa, sabiendo que solo le esperaban su almohada, aquel disco con aquella canción que le recordaba a Arianna y una cita de lagrimas interminables. Los 15 minutos que le tomaba regularmente el trayecto a casa, se tornaron 3 horas ese día. Ya frente a su casa al final del callejón de la Virgen de Santiago, se llevó otra sorpresa, frente a las gradas de su casa yacía un anciano con la cabeza sangrante. Pablo, que siempre ha tenido un gran corazón noble, corrió a prestarle ayuda. Con mucho esfuerzo el delgado joven ingresó al anciano a la casa, dejando el rastro de sangre en las gradas.

continuará…

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Està demasiado interesante como para que pase otro dìa mas sin el desenlace o por lo menos la continuacion, NO TARDES MUCHO.

Anónimo dijo...

la continuacion se esta tardando

Paolo Grimaldi dijo...

Ya hay continuación publicada el Martes 4 de Abril la tercera parte se publicará el lunes.

Anónimo dijo...

hay que escaparse de la cotidianidad pero no tan a menudo, esto para que cuando te escapes puedas disfrutar de capearte.

Paolo Grimaldi dijo...

No estoy seguro que entiendo, pero gracias por el comentario.