viernes, mayo 04, 2007

Cavilación Introvertida

Es dificil reflexionar. Bajarse del tren de la vida, que en estos tiempos ya nunca se detiene, sentarse en la grama y llorar de alegría sin prisa ni rienda; sí... es difícil. Dejarse fluir por un instante, consciente de la magna importancia que tiene estar allí en reunión consigo mismo. Sólo en esos ínfimos segundos el cuerpo y la mente se funden en el universo, en lo infinito, en la entelequia del tiempo y el espacio como una totalidad orgánica; una simbiosis de la libertad del espíritu y el cautiverio del organismo.
Es en esos segundos de cavilación que el universo entero retoma el orden divino de la creación y es allí, sobre el delicado pasto, en intimidad con el azul profundo del horizonte donde ocurre el milagroso reencuentro con la vida. Los pensamientos se detienen y flotan inertes. Uno a uno se desvanecen, se purifican y por fín vuelve la lucidez, sólo permanece la esencia de lo verdaderamente importante. El momento, cuya duración tiene la más mínima importancia termina suavemente con serenidad angelical y el caos, innato de nosotros los humanos, lentamente vuelve a ocupar los espacios de lo cotidiano.

Paolo Grimaldi