En la prensa solo salió publicado el obituario, nadie escribió ni dijo lo que sucedía en la mente de de Juanito Perez mientras corría por su vida. Nadie retrató el sonido de los tubos impactando en su rostro; nadie supo de la agonía, desesperación, angustia, miedo y otras tantas emociones que gritaban sus ojos antes de cerrarse para siempre. Ni siquiera su madre se enteró de los sueños que le fueron aniquilados, desparramados junto a la poza de sangre caliente en la banqueta.
Y el celular ni siquiera se vendió.
Paolo Grimaldi
2 comentarios:
Esto se llama sintetizar sin decir mucho, felicitaciones por este magistral relato.
Se nota que cada dia calientas mas el brazo, sigue adelante, que quiero tener el privilegio de comprar un bestseller en Barnes & Noble y que este autografiado por tu puño.
Aqui se vuelve aplicar la teoria shao lin, menos es mas!!
felicitaciones, con muy pocas palabras esta descrita toda una trama que podria durar en un pelicula, facil un par de horas.
tula
Publicar un comentario