A lo lejos, el
susurro de la soledad y el quejido de la quietud me despiertan. Fueron varios días los que dormí (no sabría
precisar cuantos), si se puede llamar dormir a este estado de inconsciencia, que
me tiene soterrado bajo los escombros de mi propia casa. El cielo azul
imperturbable, como cantando la esperanza del fin de la guerra, me consuela en mi
estado inmóvil pero reflexivo. Cuantas vidas, cuanto escombro, cuanto silencio.
A lo lejos, el viento canta su melodía de movimiento, me susurra que la vida continua, que la guerra
terminó y que quiéralo o no: es hora de despertar. ¡Viento de esperanza!Llévame
lejos a donde pueda dormir con las últimas notas de tu canto.
2 comentarios:
El viento que todo se lo lleva tambien trae esperanzas de nueva vida.
El viento, el sueño y el tiempo son la mejor anestesia del alma.
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