Y estuviste ahí, a la hora exacta, con tu sonrisa espontanea, aroma dulce, dulce y mirada sin igual. Y te vi, y supe que eras tú, te conocí sin conocerte, te sentí cercana, casi íntima. Y no dude ni por un momento en entregarte mi esencia, en darte lo poco o mucho que me quedaba y cerrar los ojos confiando en que en verdad eras tú, la que esperaba y me esperaba, la hoja verde, inocente y libre que en un instante reconocí y admiré como mi compañera justa.
Hoy no me queda más que agradecerte tu espera y pensar que no fue casualidad. Sí, aún pienso caminar hacia el ocaso persiguiendo el sol naranja, pero deseo que sea a tu lado.
Paolo Grimaldi
10 comentarios:
Muy profundo y sutil relato.. me gusto mucho....
Me llama mucho la atencion como das detalle del acontecimiento, se pueden percibir miles de sentimientos o mejor dicho, sensaciones encontradas y confusas las cuales le dan un toque de misterio,tambien admito mi fascinacion por tus diversos relatos. Te felicito escribes muy bien, sigue asi y vas a llegar muy alto.
Ya se te extrañaba, hermano.
No son miles de sensaciones, son un por fin, un lo encontré, un lo encontré al fin... Es grande.
Te quiero
Felicidades , que maravilloso encontrar lo que toda la vida se a buscado ...muy lindo tu escrito.
Que buen relato,me lleva aotra dimension
que interesante relato
INTERESANTE TEMA QUISIERA MAYOR INFORMACION
este relato me parece muy interesante y llamativo
hola realmente t felicito por encontrar lo q buscabas que lindo relato.
Publicar un comentario