lunes, agosto 18, 2008

Eureka

Y estuviste ahí, a la hora exacta, con tu sonrisa espontanea, aroma dulce, dulce y mirada sin igual. Y te vi, y supe que eras tú, te conocí sin conocerte, te sentí cercana, casi íntima. Y no dude ni por un momento en entregarte mi esencia, en darte lo poco o mucho que me quedaba y cerrar los ojos confiando en que en verdad eras tú, la que esperaba y me esperaba, la hoja verde, inocente y libre que en un instante reconocí y admiré como mi compañera justa.
Hoy no me queda más que agradecerte tu espera y pensar que no fue casualidad. Sí, aún pienso caminar hacia el ocaso persiguiendo el sol naranja, pero deseo que sea a tu lado.
Paolo Grimaldi

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy profundo y sutil relato.. me gusto mucho....

Anónimo dijo...

Me llama mucho la atencion como das detalle del acontecimiento, se pueden percibir miles de sentimientos o mejor dicho, sensaciones encontradas y confusas las cuales le dan un toque de misterio,tambien admito mi fascinacion por tus diversos relatos. Te felicito escribes muy bien, sigue asi y vas a llegar muy alto.

Andrea Grimaldi dijo...

Ya se te extrañaba, hermano.
No son miles de sensaciones, son un por fin, un lo encontré, un lo encontré al fin... Es grande.

Te quiero

Anónimo dijo...

Felicidades , que maravilloso encontrar lo que toda la vida se a buscado ...muy lindo tu escrito.

Anónimo dijo...

Que buen relato,me lleva aotra dimension

Anónimo dijo...

que interesante relato

Anónimo dijo...

INTERESANTE TEMA QUISIERA MAYOR INFORMACION

Anónimo dijo...

este relato me parece muy interesante y llamativo

Anónimo dijo...

hola realmente t felicito por encontrar lo q buscabas que lindo relato.

Claudia dijo...
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