jueves, septiembre 28, 2006

Relevo

Lo perseguían. Llovía tempentuosamente y él huía como huye todo fugitivo, con la ilusa idea de escapar. Lloraba desesperado, agonizando; y cada paso apresurado enumeraba en su mente otro motivo de angustia. Así corrió por 40 horas, 37 minutos y algunos segundos antes de caer de rodillas en un lodoso charco. Ya sin esperanzas observó detenidamente su reflejo y lloró las ultimas lagrimas sobre la quietud café del charco. No está de más comentar la sorpresa que se llevó el pequeño charco que vivia en un impasse del tiempo, en un momento indefinido del infinito. Fue un instante extraño pero entre miradas agotadas y reflejos comprensivos, ambos decidieron que era hora de relevarse.
Ahora el charco hace dietas, se consiguió un trabajo de oficina, compró un cómodo apartamento con decoración minimalista y corre todos las mañanas por deporte, mientras que el fugitivo llora tranquilamente lluvias perpetuas en los bosques húmedos de Alta Verapaz.

Paolo Grimaldi

4 comentarios:

Andrea Grimaldi dijo...

www.andreaagrimaldi.blogspot.com

Paolo Grimaldi dijo...

Orgullosamente, mi relevo hermanita.

Andrea Grimaldi dijo...

Con orgullo, hermanito.

Alba Nydia Perez dijo...

Esto de la persecucion es un sueño recurrente en mi, que origenes reales seran los causantes de esta angustia humana?

Tlavez escribes algo acerca de los sueños recurrentes.

tula