miércoles, octubre 24, 2007

Fotografías del Cementerio los Parques

Imagino como serían los últimos recuerdos de un alma curiosa que observa, selectivamente, los detalles de su morada eterna. Aquella ventana traslúcida de la capilla, el pasillo con miseteriosas luces furtivas, la textura de aquel arbol eterno y robusto, la banca melancólica donde muchos esperan ilusos en el desconsuelo de un destino incierto o los reflejos de agua que parecían extender el horizonte hasta el infinito frente al portal de las Bellas Artes.

La Última Ventana

Pasillo de Luz

Recuerdo Natural

Pacífica Espera

Reflejos Mágicos

Paolo Grimaldi

martes, octubre 09, 2007

Soledad parte 2

Hoy me encontré desnudo, con el alma completamente al descubierto ante mi soledad. Escribirlo es, en cierta forma, un enfrentamiento racional al miedo. Es un mecanismo de defensa al pavor de reencontrarse con la esencia y descubrirse perdido en el océano de la rutina.

La soledad es como una cita con uno mismo en un cuarto sin puertas. Es verse directamente a los ojos en un completo silencio y comprender, quiérase o no, lo absoluto. Es redescubrir aquellos auténticos valores que dabas por difuntos. Es observar de nuevo flores solitarias en ese patético desierto moral, creado por la relatividad del mundo moderno.

La soledad es como un valuador de momentos. Es como un tipo no muy simpático que se acerca a ti por un pasillo con una bata blanca y un pequeño libro de notas. Viene de pronto con una sonrisa metafórica y ve tu automóvil, ve tu trabajo, ve tu carrera, tus zapatos, tu camisa, tu reloj y por último ve tus ojos y, como quién ve a un condenado a muerte, te entrega la mala noticia.

La soledad es como una libreta de apuntes, en la oficina del tiempo perdido. Los días, los momentos, las amistades, las sonrisas, miradas, atardeceres, aromas hasta el pedacito de tierra que te vio crecer adquieren un aire melancólico, casi inquisitivo. La memoria se vuelve de pronto en contra tuya y los recuerdos de tiempos mejores lastiman punzantes las partes blandas del alma.

Paolo Grimaldi