Agonizo, soy una estrella que ha brillado demasiado,
mi brillo se apaga cruel en una muerte lenta
Y yo sufro porque muero sin tenerla a mi lado.
No te pido que inútilmente me entiendas
ni que expliques porque hay rosas negras.
Mi vida se agota si tú me explicas
y se que moriré sin todavía entenderlas.
La quiero y seguramente me quiere
pero al crepúsculo de un horizonte obscuro,
solo mi sombra me acompaña
y una parte de mi alma decae y muere.
El aroma de sus dulces labios por la mañana
seguirán la soledad de mis pasos por siempre.
Aún la siento, aún la vivo, aún la quiero
somos nosotros aún,
y sin embargo… me muero.
Paolo Grimaldi
(original) 13/05/04
Erase un día como hoy...
Paolo Grimaldi
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